"Ahora veremos en la prensa sobrecogida, que el presidente, Don César Gómez Rodríguez, es hombre malo, desabrido y sieso. Resulta curioso que Julianín es el torero al que más orejas le roban. Si es en plaza de importancia como Madrid, es la primera, en las plazas de pueblo, Málaga incluida, suele ser la segunda. Y resulta curioso observar que no había mayoría en el caso de la primera y en el de la segunda, se olvidan sus “viudas” que es potestad del presidente concederla."Como devolví mis entradas y no fui, tampoco puedo hablar mucho. Lo que sí puedo decir es que vi parte del festejo por TV, alternando con la Fórmula 1 y el Mundial de fútbol, y tanto las imágenes de la corrida como los comentarios invitaban a largarse a otro canal. No creo que tuviese en ningún momento más de tres o cuatro minutos seguidos sintonizada la corrida. ¡Menudo peñazo...!
Taurofilia
13 junio 2010
¡Pobre Julián!
Copio el último párrafo de la crónica de lo de ayer en Madrid, escrita por Francisco Picornell en Malaka Taurina:
10 junio 2010
Toros, luces y sombras
03 junio 2010
Algunas diferencias en la Beneficencia
ANTES | AHORA |
Se celebraba en jueves | Se celebra en miércoles |
Era a favor del Hospital Provincial | No se sabe a favor de quién es |
La presidía el Jefe del Estado desde el Palco Real | La hija del Jefe del Estado saca fotos desde el Palco Real |
Se engalanaba la plaza de toros con tapices y guirnaldas | La plaza de toros luce el mismo aspecto que en San Isidro |
Actuaban los triunfadores de San Isidro | Se anuncia con los carteles de San Isidro |
Y quien no viera a Morante, que se... aguante.
30 mayo 2010
Los intocables
En general no soy partidario de esas adhesiones incondicionales que tanto predicamento tienen en España a tal o cual partido político, a tal o cual equipo de fútbol, a tal o cual torero... Hoy soy del Betis, pero mañana a lo mejor no; hoy digo que soy de Morante, pero si no se pone ni la pone donde debe, me voy con quien lo haga. Privilegio de contribuyente, de espectador, de consumidor, de pagano en definitiva.
Adolfo Martín es uno de los que gozan de bastantes adhesiones incondicionales, y no me importa reconocer que yo mismo fui adolfista -él bien que lo sabe- en la época en que empezaba a levantar cabeza la ganadería. Sin embargo hace tiempo que decidí que no convenía mojarse por ningún ganadero -se exceptúan caballeros de reconocida y acrisolada solvencia moral como don Fernando Cuadri, por ejemplo- porque al final lo único que les importa es vender su producto, como es lógico, y lo del romanticismo del campo no es más que otro elemento de mercadotecnia.
Dicho lo cual, es un hecho acreditado con actas públicas que Adolfo Martín Escudero ha traído a Madrid diez toros de los cuales ocho no reúnen las condiciones físicas mínimas para lidiarse en la primera plaza del mundo, y quien diga que sí las cumplen estará acusando a los veterinarios y al presidente firmantes del acta del presunto delito de falsedad en documento público. Así pues, en principio, he de creerme lo que digan los veterinarios y el presidente, porque están ahí para defenderme, y no lo que diga uno de los que viven de lo que pagamos los espectadores, por mucha labia que tenga, muy bien que venda la moto o muy aficionado que diga que es. Y si creo lo que dicen los veterinarios y el presidente, resulta que Adolfo Martín es un golfo y un sinvergüenza que no merece adhesión incondicional alguna.
Sin perjuicio de lo anterior, no es de recibo que se sustituya la corrida de Adolfo Martín -o la que sea- por esa ruina anovillada y podrida que nos echaron ayer. ¡Cómo serían los adolfos que no pasaron el reconocimiento al lado de esos boquerones del Marqués de Domecq que sí lo pasaron!
Menos mal que ha acabado el abono isidril. A alguien se le deberían poder pedir responsabilidades por el paupérrimo resultado de una feria que, por lo que cuentan quienes se han atrevido a ir a todas las corridas, ha sido la peor desde hace muchos años. Parafraseando a Gila, aquí hay alguno que está robando a alguien. Ya seguiremos hablando de intocables e intocablas.
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Nada tiene importancia si no hay toro |
Dicho lo cual, es un hecho acreditado con actas públicas que Adolfo Martín Escudero ha traído a Madrid diez toros de los cuales ocho no reúnen las condiciones físicas mínimas para lidiarse en la primera plaza del mundo, y quien diga que sí las cumplen estará acusando a los veterinarios y al presidente firmantes del acta del presunto delito de falsedad en documento público. Así pues, en principio, he de creerme lo que digan los veterinarios y el presidente, porque están ahí para defenderme, y no lo que diga uno de los que viven de lo que pagamos los espectadores, por mucha labia que tenga, muy bien que venda la moto o muy aficionado que diga que es. Y si creo lo que dicen los veterinarios y el presidente, resulta que Adolfo Martín es un golfo y un sinvergüenza que no merece adhesión incondicional alguna.
Sin perjuicio de lo anterior, no es de recibo que se sustituya la corrida de Adolfo Martín -o la que sea- por esa ruina anovillada y podrida que nos echaron ayer. ¡Cómo serían los adolfos que no pasaron el reconocimiento al lado de esos boquerones del Marqués de Domecq que sí lo pasaron!
Menos mal que ha acabado el abono isidril. A alguien se le deberían poder pedir responsabilidades por el paupérrimo resultado de una feria que, por lo que cuentan quienes se han atrevido a ir a todas las corridas, ha sido la peor desde hace muchos años. Parafraseando a Gila, aquí hay alguno que está robando a alguien. Ya seguiremos hablando de intocables e intocablas.
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29 mayo 2010
Una corrida del Marqués de Domecq sustituirá a la anunciada de Adolfo Martín
Hierro y divisa de Adolfo Martín |
Un nuevo batacazo de Adolfo Martín en Madrid que otorga, a quien le interese ejercerlo, el derecho a la devolución del importe de sus billetes en las taquillas de la plaza.
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Casta brava aragonesa
El título de ese buen libro de Benjamín Bentura Remacha, aplicado originariamente al ganado de lidia, podría usarse también para encabezar el relato de lo más importante que ayer ocurrió en la Monumental de Las Ventas, cuando lidiaba la cuadrilla de Jesús Millán, en el segundo tercio, al cuarto y último toro de Palha. Era un animal manso, de arreones inesperados y violentos, que apretaba para los adentros una barbaridad. En la brega, Roberto Bermejo; con los palos, Carlos Casanova y Jesús Arruga. Casi nada: una de las mejores cuadrillas de banderilleros que pueden contemplarse hoy día es cien por cien aragonesa.
Había dejado Bermejo al toro en el tercio para que Casanova le pusiese el primer par. Cuarteó Carlos hacia el pitón izquierdo, con el toro esperando, y en el momento del embroque no sé si el torero se escurrió -fue todo muy rápido-; el caso es que el animal alargó la gaita, pegó un arreón y le derribó sin dejarle clavar los palos. Luego lo buscó en el suelo con saña y lo lanzó al aire en una espeluznante escena de la que, por fortuna, salió aparentemente indemne Casanova. Sin mirarse siquiera, el torero pidió otros dos palos y volvió a hacer la suerte colocando, esta vez sí, un par muy estimable. Le siguió Jesús Arruga por el derecho, y colocó un soberano par del que salió con la taleguilla rajada por un pitonazo y, para finalizar, volvió Casanova por el izquierdo. El riesgo era máximo y se masticaba la tensión del ambiente mientras el buen banderillero se acercaba a "Cesguno", que le esperaba emplazado en terrenos del 10. ¡Vaya si esperaba el toro!: Carlos Casanova tragó lo indecible, y cuando el manso se arrancó al fin para cazarlo -hacia los adentros, claro- levantó los brazos y clavó las banderillas con el pitón del toro tocándole literalmente el pecho. La plaza se puso en pie al unísono para aplaudir el que probablemente ha sido el par de banderillas de la feria, y aun de muchas ferias, y uno de los segundos tercios más completos, en conjunto, también de muchas temporadas. ¡Gloria para Casanova y Arruga! Actuaciones así marcan la diferencia entre lo que es un torero y lo que es un "machaca" vestido de luces, léase Vicente Yesteras, que ha llamado públicamente "lila" a Casanova por hacer lo que ayer hizo. Bien, hace mucho tiempo que todos los aficionados sabemos lo que es Yesteras, y sus declaraciones no sorprenden a nadie aunque hacen mucho daño al espectáculo que le da de comer.
En cuanto al resto del festejo, los cuatro palhas que aprobaron los veterinarios fueron muy desiguales de presentación y anovillados para lo que debe exigirse a esa casa; tuvieron cierta casta, mansearon en exceso y, salvo el cuarto, carecieron de las criminales intenciones de otras veces. El tercero, prácticamente inédito en el caballo, resultó magnífico en el último tercio, y tuvimos la mala suerte de que cayera en las inexpertas manos de Francisco Javier Corpas, a quien no se sabe bien si el empresario quería asesinar o qué, anunciándole con estos toros. Los remiendos de El Torreón que salieron en quinto y sexto lugar tuvieron presencia, poder, casta y cierta dosis de nobleza, sobre todo el último de la tarde.
A mi modo de ver el mejor toro de la tarde fue el quinto, "Bonoloto" (hay titular facilón ¿eh?), un pavo que demostró su casta brava en el caballo y que llegó al último tercio con problemas, calamocheando a veces, dando tornillazos a mitad de pase en otras. Fernando Robleño, en una actuación meritoria, lo fue metiendo en el canasto, y consiguió que al final de la faena el animal se desplazase como un corderillo detrás de la franela. Mató de una estocada baja y obtuvo una oreja a mi juicio exagerada. En el otro toro, que llevaba la cara por las nubes, Robleño anduvo demasiado desconfiado.
A Jesús Millán le tocaron los dos peores del encierro, primero y cuarto, y se le nota la falta de contratos. Está sin sitio, sin recursos, y a veces diríase que incluso medroso. En cuanto a Corpas, se llevó una monumental bronca tras la muerte del tercero no por no sacarle el jugo que tenía, sino por matarlo de un horrendo metisaca en la barriga; el noble sexto también se le fue sin torear. Pena de lote el de Corpas, que en manos más curtidas hubiese propiciado un gran triunfo a su beneficiario.
Había dejado Bermejo al toro en el tercio para que Casanova le pusiese el primer par. Cuarteó Carlos hacia el pitón izquierdo, con el toro esperando, y en el momento del embroque no sé si el torero se escurrió -fue todo muy rápido-; el caso es que el animal alargó la gaita, pegó un arreón y le derribó sin dejarle clavar los palos. Luego lo buscó en el suelo con saña y lo lanzó al aire en una espeluznante escena de la que, por fortuna, salió aparentemente indemne Casanova. Sin mirarse siquiera, el torero pidió otros dos palos y volvió a hacer la suerte colocando, esta vez sí, un par muy estimable. Le siguió Jesús Arruga por el derecho, y colocó un soberano par del que salió con la taleguilla rajada por un pitonazo y, para finalizar, volvió Casanova por el izquierdo. El riesgo era máximo y se masticaba la tensión del ambiente mientras el buen banderillero se acercaba a "Cesguno", que le esperaba emplazado en terrenos del 10. ¡Vaya si esperaba el toro!: Carlos Casanova tragó lo indecible, y cuando el manso se arrancó al fin para cazarlo -hacia los adentros, claro- levantó los brazos y clavó las banderillas con el pitón del toro tocándole literalmente el pecho. La plaza se puso en pie al unísono para aplaudir el que probablemente ha sido el par de banderillas de la feria, y aun de muchas ferias, y uno de los segundos tercios más completos, en conjunto, también de muchas temporadas. ¡Gloria para Casanova y Arruga! Actuaciones así marcan la diferencia entre lo que es un torero y lo que es un "machaca" vestido de luces, léase Vicente Yesteras, que ha llamado públicamente "lila" a Casanova por hacer lo que ayer hizo. Bien, hace mucho tiempo que todos los aficionados sabemos lo que es Yesteras, y sus declaraciones no sorprenden a nadie aunque hacen mucho daño al espectáculo que le da de comer.
En cuanto al resto del festejo, los cuatro palhas que aprobaron los veterinarios fueron muy desiguales de presentación y anovillados para lo que debe exigirse a esa casa; tuvieron cierta casta, mansearon en exceso y, salvo el cuarto, carecieron de las criminales intenciones de otras veces. El tercero, prácticamente inédito en el caballo, resultó magnífico en el último tercio, y tuvimos la mala suerte de que cayera en las inexpertas manos de Francisco Javier Corpas, a quien no se sabe bien si el empresario quería asesinar o qué, anunciándole con estos toros. Los remiendos de El Torreón que salieron en quinto y sexto lugar tuvieron presencia, poder, casta y cierta dosis de nobleza, sobre todo el último de la tarde.
A mi modo de ver el mejor toro de la tarde fue el quinto, "Bonoloto" (hay titular facilón ¿eh?), un pavo que demostró su casta brava en el caballo y que llegó al último tercio con problemas, calamocheando a veces, dando tornillazos a mitad de pase en otras. Fernando Robleño, en una actuación meritoria, lo fue metiendo en el canasto, y consiguió que al final de la faena el animal se desplazase como un corderillo detrás de la franela. Mató de una estocada baja y obtuvo una oreja a mi juicio exagerada. En el otro toro, que llevaba la cara por las nubes, Robleño anduvo demasiado desconfiado.
A Jesús Millán le tocaron los dos peores del encierro, primero y cuarto, y se le nota la falta de contratos. Está sin sitio, sin recursos, y a veces diríase que incluso medroso. En cuanto a Corpas, se llevó una monumental bronca tras la muerte del tercero no por no sacarle el jugo que tenía, sino por matarlo de un horrendo metisaca en la barriga; el noble sexto también se le fue sin torear. Pena de lote el de Corpas, que en manos más curtidas hubiese propiciado un gran triunfo a su beneficiario.
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Torería
26 mayo 2010
¿Qué dice la prensa de la Corrida de la Prensa?
- En ABC, Amorós titula "¡Señor, no nos lo merecemos!" y se cuestiona a toro pasado la decisión de organizar un festejo sin sorteo.
- En Marca, Carlos Ilián tacha de "fraude" el hecho de que cada torero se traiga sus toros en la crónica que titula Un petardo monumental
- En El Mundo, Zabala de la Serna arrea un estacazo a uno de los actuantes: Se acabó el cuento de Cayetano.
- En El País, Antonio Lorca retrata en el titular el estado de la Fiesta: ¡El hundimiento!
- En La Razón, Patricia Navarro salva a El Juli de la quema: Corrida de mala Prensa
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