
Un muy feliz 2006 para todos, y muy especialmente para los de buena voluntad.
Como ya anunciábamos en un post del pasado 17 de noviembre, la Comunidad de Madrid ha incluido en sus presupuestos para 2006 los fastos de celebración del 75 aniversario de la inauguración de la Monumental de Las Ventas. Increíble, pero esta vez hay que felicitar al Centro de Asuntos Taurinos por haber tenido imaginación y por haber hecho los deberes anticipándose a las dificultades, pues ya tenemos el cartel con una estructura muy similar al de aquel 17 de junio de 1931, y es un auténtico lujo.
Las ocho ganaderías serán las que hoy ostentan el hierro de las que inauguraron la plaza; los matadores, los ocho primeros del escalafón de 2005 en plazas de primera categoría; los beneficios del festejo, para varias ONG's. Como en aquella ocasión, la Unión de Criadores de Toros de Lidia regalará los toros y los toreros (matadores y cuadrillas) actuarán de balde. No se puede hacer mejor.
Así, el sábado 17 de junio de 2006 tendremos en Madrid una corrida extraordinaria con toros y toreros en el ruedo según el siguiente orden de antigüedad:
Todo se ha cuidado al detalle, e incluso los dos sobreros serán de la ganadería sucesora de la de 1.931 (López de Villena), hoy de Manuel Ángel Millares. Sólo faltaría que tuviesen que salir sustituyendo al de Aleas y al del Conde de la Corte, como el día de la inauguración.
Ya sé que algunas de las ganaderías anunciadas no son muy del agrado de la afición de Madrid, igual que alguno de los matadores, pero la carga simbólica del cartel es enorme, su carácter benéfico impide cualquier crítica y esta vez hay que reconocer el esfuerzo de la Comunidad de Madrid por hacer algo digno. Además mucho peor sería eso de lo que se hablaba hace días: una corrida de Núñez del Cuvillo.
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Para ser 28 de diciembre y estar fuera de la temporada europea, mira que han pasado cosas hoy...
Esta fotografía es más famosa que la anterior. El picador ha sido derribado quedando sentado en el estribo, al descubierto, pero sin soltar la vara. El toro -por el aspecto... ¿será un saltillo?- está aún recuperando la posición normal tras haber tenido que meter los riñones para tumbar al penco que yace bajo su hocico.
Al fondo, los de a pie se aprestan al quite. ¿Lograrían salvar al picador de una cogida que, por la foto, parece inminente y segura? De acuerdo con los comentarios de quien me hizo la copia de la fotografía, al picador no le pasó nada. El toro no hizo por él y acabó entre los vuelos de los capotes. ¡Qué tíos aquellos toreros!
Que escenas como ésta no las desbaraten los burócratas y amargados..., por lo menos en 2006.
"1. Podrán ser objeto de caza las especies enumeradas en el Anexo I del presente Reglamento [...]"en el que, por supuesto, no figura el toro de lidia.'2. Los animales domésticos asilvestrados no tendrán la consideración de especies objeto de caza. No obstante, podrán ser abatidos o capturados de acuerdo con lo previsto en los artículos 63 y 64 del presente Reglamento.
'A tales efectos, se considerarán animales domésticos asilvestrados los animales de compañía y los de renta, que pierdan la condición de domésticos, formando parte del medio natural, viviendo libre del dominio del hombre llegando a ser independientes de los cuidados humanos, y que produzcan daños en el ecosistema que habitan"
Por este segundo párrafo podría venir la escapatoria si no se lee bien, pero resulta que el toro de lidia no vive "libre del dominio del hombre" ni llega a ser independiente "de los cuidados humanos."
Los artículos 63 y 64 a que alude el transcrito se refieren a la caza motivada por la necesidad de controlar y prevenir los daños a personas o bienes que producen, por ejemplo, manadas de perros asilvestrados o, aquí sí, un toro de lidia que se escapase de un cercado y debiera ser abatido para prevenir desgracias. De ninguna manera alude al animal que se cría con ánimo de lucro para la práctica de la caza recreativa.
Dejando bien sentado que el aprovechamiento del toro de lidia como especie cinegética está fuera de la legalidad, habría que preguntarse cuál sería la legislación aplicable a este supuesto. La norma básica para la protección de los animales de Andalucía exceptúa "los espectáculos y festejos debidamente autorizados con este tipo de animales", que no son el caso. En consecuencia, la explotación de toros de lidia con fines cinegéticos podría ser constitutiva, según lo dispuesto en la Ley 11/2003 de Protección de los Animales, de la Junta de Andalucía, de infracción muy grave sancionable con multa de hasta 30.000 euros y accesoriamente con:
Están jugando con fuego y se van a quemar.
La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de:O en su Artículo 46:
[...]
Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.
[...]
Los poderes públicos garantizarán la conservación y promoverán el enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y artístico de los pueblos de España y de los bienes que lo integran, cualquiera que sea su régimen jurídico y su titularidad. La ley penal sancionará los atentados contra este patrimonio.O en el Artículo 48:
Los poderes públicos promoverán las condiciones para la participación libre y eficaz de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural.Por fin, como estamos de recordatorios, voy a insertar aquí algunos hechos que, en el mundo taurino, ocurrieron también un 6 de diciembre:
Del Barbero (de Utrera) fue el segundo de la tarde, negro girón y casi berrendo, de buena vela, aunque un tanto corniabierto, que salió bravucón y revoltoso pero fue blando al palo después. Arrancábase de lejos al principio, mas luego quedó huido, en términos que los picadores le acosaban y perseguían hasta en los medios, sin poder hacerle abandonar la prudente reserva que había adoptado como regla de sus acciones. En cinco varas que tomó de Antonio Rodríguez "Antoñuelo" (que se estrenaba también en Madrid y sustituía a Briones, indispuesto) y cuatro de Gallardo mató al primero un caballo y después de ponerle tres pares y medio de banderillas lo despachó "El Chiclanero", artista debutante también de esta plaza, de dos a volapié cortas y otra regular, aunque todas difíciles porque el bicho no humillaba.Añadiremos que Redondo también estoquearía los corridos en cuarto y sexto lugar (de Gaviria y Castrillón respectivamente). Y como la corrida fue muy mala, a petición del público aún se lidió un séptimo toro, de gracia, de origen desconocido, un auténtico buey de carretas, que ni embistió a capas ni hizo más que huir de todo y que fue echado a los perros. Y así terminó el estreno de "El Chiclanero" como matador en la plaza de Madrid.
Al final de la corrida, una conmoción recorrió los tendidos. Pienso que todos teníamos un nudo en la garganta. El toro, que ya había sido aclamado por su trapío al saltar a la arena, se resistía a morir de la estocada, su casta le aferraba a la vida, pugnaba por embestir. Antonio Rojas, que ya tenía ganado el triunfo, permanecía arrogante, junto a aquella cabeza de exposición, dos guadañas aceradas, que había sabido salvar en 30 pases de escalofrío. Entre la ovación restallante, surgió entonces de los magníficos aficionados de la andanada del 8 el clamor que ponía en lo alto la bandera de la verdad de esta fiesta y magnificaba el triunfo del torero: «iEso es un toro, eso es un toro!». Al instante, toda la plaza, ¡toda!, repetía el grito: «¡Eso es un toro, eso es un toro!». Tres matadores modestos, tres matadores que no tienen ni oportunidad de vestirse de luces, le echaron ayer el valor de salir al ruedo de Las Ventas a ponerse delante de una corrida de toros muy seria, tanto como se ha venido pidiendo; una de esas corridas de toros que, según dicen los del «bunker», no existe; una corrida de toros que ni por casualidad remota ha pasado por los corrales de la plaza en esos desfiles de reses a docenas que intentan trampear las figuras para sorprender la buena fe de aficionados, veterinarios y autoridad.Con gran expectación de los aficionados vuelven los toros de Luciano Cobaleda a la feria de San Isidro de 1977, el 29 de mayo, con ocho toros, dos para ser rejoneados por Manuel Vidrié (oreja) y el portugués José Maldonado, que sustituía a un lesionado Lupi, y los seis restantes para ser muertos a estoque por José Fuentes, José Luis Galloso (vuelta en su primero) y Gabriel Puerta (vuelta en su segundo), que confirmó la alternativa. Otra vez Joaquín Vidal:
La del domingo pudo ser, y en muchas cosas fue, la corrida de la feria, en cuanto a la presentación y el comportamiento del ganado. Salieron los cobaledas como para dar un síncope al mismísimo Frascuelo. Toros con cuajo y hondura, pechos y culatas poderosos, y por delante, un armamento que hacía temblar el misterio. Toros de fachada antigua, escapados de las estampas de La Lidia (esa joya que nadie ha sabido igualar, aunque poder se puede, puesto que los canales de información y las artes gráficas se han perfeccionado tanto). Toros de una vez, y además, en conjunto, parejos. Seriedad en las caras, presencia pavorosa, agresividad. Y casta. Me río de tanto canto como se ha hecho a aquel hierro, y al otro, y al otro, porque tenían movilidad, aunque tres toros de aquél salían de los caballos pegando coces y los demás aceptaban las varas, los del otro se caían más o menos (más bien más), y los del otro tomaban las telas como borregos. Movilidad, casta, también genio, emoción y presencia por igual tremenda, poseyeron de sobra los correosos cobaledas de don Luciano, que además cumplían bien en varas, aunque ninguno pudo calificarse como bravo, pues cuál después de tomar un primer puyazo de largo y con entrega absoluta, en los siguientes acababa saliéndose de la suerte, cuál cabeceó el peto, cuál se quitó el palo.Con sólo cuatro corridas y un sobrero lidiados en Madrid en cuatro años, los lucianos ya eran toros de leyenda. La afición los requiere y los profesionales no quieren verlos ni en pintura. En 1978 son anunciados para el 29 de mayo, pero la corrida es suspendida por la lluvia. El 15 de junio, en la tradicional Corrida de la Prensa, otra corrida de Luciano Cobaleda es lidiada por Gabriel de la Casa, Manolo Cortés y Gabriel Puerta. Álvaro Domecq rejonearía a uno de Torrestrella.
Terroríficos cobaledas, duros, aunque no tan malos como resultaron por la infame lidia que se les dio. Pero, ¡atención!, vuelven el domingo. No los de ayer, que muertos, arrastrados y a estas horas seguramente en el puchero están, sino otros. Más de la misma camada. ¿Hay suficiente tila en las boticas?En efecto, el domingo 18 de junio se lidiaron los toros de la corrida suspendida en la feria: Un toro de El Campillo para ser rejoneado por Luis Valdenebro y seis de Luciano Cobaleda para Sánchez Bejarano, El Puno y El Regio. La afición se hace cruces y no se explica todavía cómo los tres matadores lograron salir por su pie de la plaza, pues la corrida fue durísima, muy mansa, de mucho sentido e impecable presentación. El primero derribó en las dos primeras varas y desmontó al picador en la tercera; el segundo fue noble pero nada tonto; cuarto y quinto resultaron casi ilidiables y peligrosísimos, y a los dos toros de El Regio les pusieron banderillas negras... Hizo bien Vidal en solicitar tila tres días antes.