Que en la feria más importante del mundo se lidien en corrida de toros animales que pueden ser confundidos con utreros no es más que otra muestra de la mercantilización y de la desvergüenza que imperan en el mundo taurino. Eso no es nuevo de este año, pero es que tampoco lo denuncia casi nadie. Publicitan los taurinos románticas imágenes de héroes enfrentándose a fieras corrupias, y nos venden género como el de la fotografía de Juan Pelegrín, en la que puede apreciarse la poca seriedad de un animalillo que pesará 551 Kg., no lo niego, pero que está sin cuajar y del que se diría que sólo quiere jugar. Sus hermanos tampoco es que sean como para tirar cohetes, pero por lo menos tienen los cuatro años cumplidos (o eso dicen las actas de nacimiento)
En fin, si se da la corrida apostaría a que éste vuelve al corral, porque además de anovillado es un tonelete con gran probabilidad de derrumbarse.
1 comentario:
Es lo que tienen los taurinos: la desvergüenza a raudales. Y nos llamarán enemigos de la fiesta por denunciarlo
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